Cuando en los primeros días del año 2008 se iniciaron los trabajos de construcción de la obra física del que hoy es el más moderno espacio para la cultura en toda la región sur, quienes acudimos al acto vimos a toda una familia ejemplo de laboriosidad dedicar sus recursos económicos y sus ideas a defender el porvenir de la juventud.
Hoy el Centro Cultural Perelló es una majestuosa obra física levantada a la entrada de Baní que cuenta con programas y propósitos que representan un extraordinario aporte para la formación de una juventud que merece ser acompañada y asistida por ese conjunto valioso de talento y generosidad que se conjuga en la familia Perelló.
Para mayor garantía de éxito, el centro cuenta con un personal joven, dinámico, preparado y probado en su empeño por el avance cultural de Baní que encabeza el arquitecto Ismael Díaz Melo.
Lo he dicho más de una vez: Baní, como todas las ciudades, tiene problemas muy serios de delincuencia, violencia y la falta de oportunidades que afectan principalmente a la juventud, pero no todas las poblaciones como este valle cuidado por las cuencas de los ríos Nizao y Ocoa, cuenta con hombres y mujeres trabajadores, honestos, que nunca le dan la espalda a su pueblo.
Es realmente una fortuna ver como el empresariado banilejo, los que están realmente vinculados a la producción de alimentos y generan empleos en cadena, devuelven a su pueblo parte de lo que han ganado con su trabajo, y no lo hacen como limosna, sino prendiendo un faro de luz para que la juventud pueda ver el camino y empinarse hasta la cima.
Baní, que es una de las poblaciones que tiene mayor tradición de lectura de publicaciones periódicas y libros del país, tiene ya con este centro cultural un espacio para volver a ser una fuente donde se fraguarán nuevos escritores, artistas, profesores y estudiantes excelentes.
Pero los ejecutivos del Centro Cultural Perelló han dicho claro que el espacio no será aprovechado solo por los banilejos, sino que ya abre sus puertas a toda la región sur, al país y a los extranjeros que estén interesados en disfrutar y compartir virtudes, experiencias positivas y conocimientos útiles para mejorar la calidad de vida.
Ojalá que luego de la apertura del Centro Cultural Perelló otros empresarios tomen la iniciativa de complementar este espacio con otras acciones tendentes a fortalecer la educación, la vida social sana, los deportes.
Desde hace mucho tiempo sueño con ver el Cucurucho de Peravia y el Cerro Gordo poblados de palmeras, con andenes bien construidos y seguros para que la gente suba a ejercitarse, pueda desde esos puntos observar la belleza de su valle, detenerse a leer, conversar, o simplemente disfrutar de aire puro, un café o un vaso de agua fresca.
Está más que probado que esos dos lugares emblemáticos pueden ser mejor defendidos si la gente puede tenerlos como puntos de sano esparcimiento y espacio de interacción social decente.
Lo menos que pueden sentir los banilejos es una gran alegría por la apertura del Centro Cultural Perelló y agradecerle a esta familia ese aporte extraordinario para contribuir a prolongar el anhelo de sus ascendientes de promover la cultura, la lectura y la vida decente.
Por:Felipe Ciprián del Listin Diario
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